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RECUERDOS DEL SIGLO XX











Portada del libro publicado en 2019.

Solapa primera


Si miramos las fotos más antiguas, las que están en blanco y negro, todo nos parece diferente: el aspecto de la gente, los vestidos, los rostros, las casas, los campos…. Han pasado cincuenta, cien años y todo ha cambiado. Se trabajaba mucho pero siempre se encontraba espacio y tiempo para la fiesta.  La mayoría de la gente vivía con poco pero se la  veía alegre y disfrutaba de momentos muy felices. En las fiestas participaba y disfrutaba todo el pueblo. En las noches de verano  los vecinos se reunían y compartían sus vivencias, sentados en el poyo a las puertas de las casas, y la plaza llena de gente, los muchachos a sus juegos y los mozos  de “jolgorio” en el juego de pelota. Los domingos por la mañana, después de misa, las partidas de pelota o el juego de la calva. La era, durante la trilla, otro espacio de encuentro, y en las pozas de agua caliente, generalmente los lunes del invierno, se reunían las mujeres a lavar la ropa. Las familias  en torno a la matanza, la recogida del heno, de los frutos del campo… Todos estaban implicados en los turnos de riegos, del pastoreo de las cabras, de los burros, de los cerdos, del arreglo de los caminos y de las regaderas… Las fotos que ves y los relatos que aquí encuentras son de gentes que vivieron en común lo bueno y lo malo, disfrutando de una vida sencilla y mayoritariamente solidaria.


Introducción

Después de APUNTE HISTÓRICO-SOCIOLÓGICO sobre Navacepedilla publicado en el año 2.000 y de mi blog en Internet “www.navacepedilla.es”, me he propuesto recordar y escribir sobre el siglo XX. Sin ninguna pretensión científica ni estadística que constan en mis anteriores publicaciones,  expondré a modo de “recuerdos” los cambios que a nivel de población, ganadería, vegetación y fauna se han producido, e insistiré, sobre todo, en los tremendos cambios sociológicos  que a lo largo de esos cien años han ido cambiando la vida y las costumbres de  nuestro pueblo.

            Naturalmente que el primer tercio de siglo yo no lo conocí pero escuché relatos de nuestros mayores sobre esa época que aunque muchos de ellos ya se han expuesto, intentaré en la medida de lo posible recordar los que allí no se expusieron. Hago excepción e incluyo aquí el relato que  con ciento un años me hizo el tío Daniel  “El Caminero”, que aunque se publicó en el Diario de Ávila el día 28 de Septiembre de 2003 y forma parte de la pág. cuatro de mi blog en Internet  -algún día puede dejar de  publicarse-, merece la pena que conste escrita  sobre papel porque refleja, con un realismo increíble, la vida y costumbres de nuestras gentes en este siglo que él vivió. También incluyo “El Carro”, composición poética que se publicó en la puerta de la Escuela el año 1.902, aunque incluida en la Historia de Navacepedilla -publicación agotada-, me parece de enorme interés por figurar en ella todos nuestros abuelos cuando eran jóvenes. Es obligado citar, por lo que significa de unión, de encuentro y convivencia para todos los vecinos, los residentes y los “retornados” en vacaciones, la creación de La Peña “El Cuervo” que organiza en el mes de Agosto, sin escatimar esfuerzos, las fiestas de verano de cada año. Para constancia, copio el pregón de las fiestas de 1.983, fecha de su fundación y porque en él se explican los objetivos de la Peña y el de 1985, que aunque también figura en mi publicación sobre Navacepedilla, merece la pena recordar por su originalidad y por la exposición detallada de nuestra toponimia más significativa.

Dedico el capítulo  “EN EL RECUERDO” a nuestro amigo  Cesáreo Rey. Bien merece dedicarle, al más popular hijo de este pueblo, un pequeño homenaje. Participó, durante tres años, con sus ovejas merinas en el proyecto 2001 del Fondo Nacional Europeo para recuperar la red española de vías pecuarias: veredas, cordeles y cañadas reales. Ocupó portadas en todos los medios de difusión nacionales y fue frecuente verle en platós de TV discutiendo con figuras de la política, de la cultura y el periodismo. Fue un ejemplo de trabajo, tesón y valentía. Bajó muchos años como trashumante a Extremadura y allí  se convirtió en ganadero ejemplar. Nunca se olvidó de su pueblo y fue admirado por los extremeños.

            Recordemos que  en Apunte Histórico-Sociológico sobre Navacepedilla se aborda la situación que vive el pueblo en el siglo XIX[1] . En el Censo  de 1.860 realizado por Martín  Carramolino[2], Navacepedilla cuenta con una población de 669 habitantes. En dicho estudio ya se nota una gran diferencia entre varones casados y hembras casadas muy a favor de éstas, lo que quiere decir que habría ya emigración de varones en busca de trabajo, a pesar de esta circunstancia la situación económica debió ser aceptable[3]. Hasta final del siglo XIX la población crece hasta llegar a 733 habitantes de hecho[4]. Aunque han dispuesto
Dos de los enormes ranchos, hoy en desuso, que
sirvieron de "aprisco" para el ganado.
 de  pastos abundantes para sus ganados, en los años cuarenta del siglo anterior se produce el reparto del término con Villafranca y Casas del Puerto. Ya no podrán disfrutar de la propiedad compartida de las dehesas de Serrota y Puerto de Chía pero  sí de sus pastos al alquilarlas a Villafranca.  A partir de 1.870 llega la desamortización  y los ganados de Navacepedilla no podrán disponer de dichos pastos al ser estas dehesas vendidas en pública subasta. Al pasar   a manos privadas no podrán alquilarlas. La ganadería que es su mejor medio de vida disminuirá. Naturalmente que no solo la disminución de la ganadería es la causa del despoblamiento pero sí podría ser una de las causas de la emigración que se produce durante el  final del siglo XIX y primer tercio de siglo XX.

            Con esta situación empieza el siglo XX, la emigración será la nota predominante. Muchas gentes buscan trabajo, sobre todo en el sector servicios en las ciudades, Ávila, Madrid…., varones y hasta familias enteras marcharán a Argentina y algunos a Estados Unidos. Pasados los años cincuenta, ante el desarrollo industrial y urbano, la emigración será masiva  a Madrid, País Vasco, Asturias, Extremadura…Todo lo que ganan,  -incluso venderán algunas pertenencias en el pueblo-, lo invertirán para comprarse su residencia allí donde trabajaban.  Poco a poco Navacepedilla y La Aldea irán perdiendo población. Pasados los años ochenta ocurrirá el fenómeno contrario. Los ahorros, producto de su trabajo, los emplearan en adquirir en nuestro pueblo su segunda vivienda o adaptarán las que ya tenían en confortables casas  de vacaciones.  Es el momento del “retorno”  los fines de semana y sobre todo en  verano.

Población de Navacepedilla de Corneja y Garganta de los Hornos siglo XX[5]

1900
1920
1940
1960
1970
1981
1991
2000
733
  604
  577
  510
  350
  220
  120
  144

            El desarrollo de la actividad económica pasa por diferentes etapas. En el primer tercio de siglo se centrará en la ganadería, sobre todo lanar, y la trashumancia a Extremadura será la nota predominante. En la posguerra, aunque no deja de ser importante el sector ganadero, se produce un cambio notable y ahora es la época del cultivo de patatas y fruta, es el momento de las ovejas de acogida, admitidas a pastar en el término con la obligación de
Las parcelas que hoy son praderas, antes fueron huertas dedicadas
al cultivo de patatas, judias y frutales.
dormir hasta julio en las huertas para que sus excrementos sirvieran de abono, el mejor abono. El rosario interminable de burros y carros cargados de patatas o fruta, desde las huertas hasta el “patatero” o almacén, y los camiones cargados  de peras o manzanas al mercado de Legazpi en Madrid, será la foto de esta época. Naturalmente que el predominio de un cultivo no quiere decir que los demás desaparezcan. Poco a poco disminuye el cultivo de patatas y fruta y predomina el cultivo de judías, sobre todo “judiones” y abundan las vacas de leche, es la época de la lechera “RAM”, años setenta. La mayoría de los vecinos residentes, a las seis de la mañana, sacan sus cántaras de leche a la plaza. Finalmente, por recomendación de la Comunidad  Económica Europea, los ganaderos dejan de producir leche a cambio de subvenciones. Termina el siglo y sustituyen sus vacas de leche por vacas de carne que volverán a trashumar a Extremadura.


Hago referencia a dos sucesos que perturbaron la vida de este pueblo, el primero “El incendio de los colmenares en La Solanilla, propiedad de D. Licinio, practicante del pueblo. El segundo la traída de aguas al pueblo en el año 1.981. Felizmente ambos acontecimientos se superaron y el pueblo vive en paz y tranquilidad. Seguramente que cada lector tendrá sus recuerdos que aquí no estén reflejados, es normal, tampoco encontrareis aquí un relato pormenorizado, no es mi intención, de conflictos vividos ya olvidados, por otra parte, naturales en todo colectivo humano. 

            He evitado contar-escribir sobre sucesos o anécdotas ocurridos relativos a personas, que aunque resultarían interesantes, evito que alguien se pueda molestar. Expongo algunos casos, por considerarlos graciosos pero intrascendentes que favorecieron el encuentro y la convivencia  entre los vecinos. Conservo las formas de lenguaje del pueblo llano, aunque entrecomillo algunas de las expresiones, o las aclaro con nota al pie de página.

            No se trata de un relato de hechos sucedidos con una cadencia determinada en el tiempo, es más bien flases o estampas de una época, aunque en una segunda parte siga un orden “paseo” por las calles del pueblo y se relaten los hechos que sucedieron en un espacio determinado.

Expongo la documentación sobre la constitución de la Parroquia de San Martín y los concejos abiertos que en su atrio se celebraron hasta que el pueblo tuvo Casa Consistorial[6]  y que no figuran en mi anterior publicación.

He considerado imprescindible incluir un capítulo sobre Garganta de los Hornos que aunque está tratado con todo detalle en “navacepedilla.es”, bien se merece constatación escrita. Me he servido de tres relatos que recogí en el verano de 2016, el de Fermín Sánchez, el de Rubén Domínguez sobre el abuelo Mateo y el de Juana Sánchez. Nadie puede expresar mejor que ellos la vida y las costumbres de Garganta de los Hornos. En mi blog en internet se puede visitar la página correspondiente.

Finalmente mi agradecimiento a todas las familias que me han entregado fotos y comentarios sobre sus vidas, especialmente en lo referente a Garganta de los Hornos. A  la familia  Mendoza que me ha facilitado todo tipo de fotografías sobre trashumancia y familia, a Rubén Domínguez y Juan Hernández a los que he consultado y me han ayudado proporcionándome datos y material gráfico. Agradecido también a Jesús y José Francés por compartir,  el verano pasado, todo el material fotográfico de que disponíamos sobre nuestro pueblo.

                         Navacepedilla de Corneja, Agosto de 2018.



El suceso de los Colmenares


El suceso tuvo lugar en los años treinta, en un momento en el que por  distintas razones, incluso a nivel nacional por una política general convulsa que se vivía en aquellos momentos, en el pueblo había ciertas tensiones. Lo hemos oído relatar en numerosas ocasiones por las personas mayores, con cierto sigilo, como con precaución, bajito para no molestar al vecino. Debió ser un episodio doloroso.

El incendio que acabó con los Colmenares que tenía instalados  en la Solanilla el practicante  D. Licinio, hubo, según oí decir, dos personas algunos días o algún mes en la cárcel acusados de quemarlos, y a otros, se les intentó acusar de proporcionarles la gasolina. Todo el pueblo estuvo implicado, dividido en dos bandos, y cuando esto ocurre, las relaciones humanas se complican y los problemas tienen difícil solución.

Se celebró juicio en Ávila durante varios días con muchas personas declarando. Durante el juicio, en el antes y el después, durante los viajes, se sucedieron innumerables episodios, se inventaron muchas cosas, las más de las veces interesadas, que perturbaron, como nunca, la paz de Navacepedilla. Los acusados, personas jóvenes honorables, regresaron absueltos a sus casas. La idea más generalizada, según oí contar, fue que D. Licinio había estado fumigando el día anterior y esa habría sido la causa del suceso.


Terminado el juicio, D. Licinio se marchó de Navacepedilla y, como suele ocurrir, el tiempo todo lo cura y el suceso terminó olvidándose.



Abastecimiento de aguas


Portada del Diario de Avila de 21/08/1.981.
El pueblo se abastecía con las dos fuentes, la del río y la de la Calleja  de La Aldea. Posteriormente, en los años treinta se construyó El Pilón, que supuso un alivio importante. Del pilón se utilizaba el agua para todo tipo de necesidades del hogar, incluso para beber, aunque cuando el río crecía el agua salía turbia y no era potable.

Las aguas residuales, las menores se vertían en las propias calles y las mayores se transportaban en un cubo al río o se hacían en las cuadras. Los hombres en el campo o en una calleja, detrás de la fragua, en lo que se llamó “El Cagatorio”. Muchas casas contaban con fregaderos a la calle.

En los años setenta se da un paso más y se canaliza la fuente del Prado Largo y se instalan dos o tres fuentes más con agua potable distribuidas por el pueblo.
       
Fuente del Río. Foto: Enrique Sánchez.
Precisamente en esta década es cuando se produce el retorno, en verano, de los emigrantes del pueblo que regresan para pasar las vacaciones o los fines de semana. Tanto los vecinos como los retornados ven la necesidad de unas casas más confortables y piden al Ayuntamiento la traída de aguas al pueblo.

            Finalmente el 22 de Agosto de 1.981 se termina la obra del desagüe que durante cuatro años estuvieron paralizadas. Los gastos fueron totalmente subvencionados con ayudas provinciales.

            Pasado el tiempo, todo volvió a la normalidad. Disfrutamos de agua corriente y alcantarillado en nuestras casas y consideramos que fue una de las obras más importante para el pueblo con la que todos estamos contentos.



Inundaciones en Navacepedilla de Corneja



Con esta noticia de la Cadena Ser, me desperté la madrugada del día 2 de Septiembre de 1.999 y agregó el locutor: "dieciocho monjas han sido rescatadas de un albergue por los vecinos en Navacepedilla de Corneja de la provincia de Ávila..., los sucesos ocurrieron ayer día uno, por la crecida del río Corneja  y Chía como consecuencia de una enorme tormenta....".

El Albergue, en el Prado Royal, del que fueron rescatadas las monjas.
Hemos conocido crecidas de los ríos, pero como ésta ninguna. Todos los puentes del Río Corneja desaparecieron y sólo quedaron en pie el de la Fuente, y el de la carretera en el río Chía. Arrastró ganados que aparecieron varios kilómetros aguas abajo, anegó huertas y produjo cuantiosos daños.

Estuvimos incomunicados con Villafranca, el  puente de entrada a Navacepedilla y el de la Gargantilla sufrieron daños al arrastrar el ímpetu de las aguas enormes troncos de árboles que los taponaron, desviando las aguas y provocando socavones.

Una vez acabada la tormenta se podía caminar, sin ninguna dificultad por el cauce del río, todo era diferente. En el curso alto los torrentes habían arrastrado enormes piedras.  La zona de "Las Latillas"  desconocida, y la del "El Puente de la Aldea" igual. Del puente de piedra, sobre la carretera, no quedó nada y en el lecho antiguo del río apareció una "lanchera" blanca que contrastaba con la zona plácida y verde anterior  que sostenía la presa de "El Calvario”, también desaparecida. Ha costado varios años en recuperarse la fauna y la fisonomía del río, en muchos tramos del río desaparecieron las truchas comunes aunque al cabo de los años se hayan recuperado.

Es de justicia destacar el riesgo que corrieron algunos vecinos de Navacepedilla, atravesando la riada para atar una soga a la ventana del albergue y, a través de ella, rescatar a las monjas. La solidaridad del pueblo se puso de manifiesto acogiéndolas en sus casas, proporcionándoles comida y estancia hasta que pudieron marchar a su convento.

Así quedo el puente sobre el río Chía, camino de la era.
En Navacepedilla no hubo víctimas, pero se produjeron tres. En la carretera  de Ávila a Madrid, en las proximidades de Bernuy-Salinero, la tromba de agua sorprendió a una familia, arrastrando el coche en que viajaban, llevándose las aguas a los dos niños pequeños que llevaba abrazados su padre intentando salvarlos. En el Herradón de Pinares, más de cuarenta vacas fueron arrastradas hasta el Pantano de El Burguillo, donde perecieron ahogadas.

La Junta de Castilla y León evaluó los daños, en los pueblos afectados en 1.000 millones de pesetas en un proyecto de Ley de 5 de Octubre de 1.999 (BO de Castilla y León nº 11).






[1] .-  Págs. 103-108 Apunte Histórico Sociológico. Navacepedilla de Corneja.
[2] .- Pág. 104. Obra citada.
[3] .- Navacepedilla contaba con 8.000 cabezas de ganado lanar, 120 vacas y 20 yeguas.
[4] .- Población de hecho es la que reside en el pueblo durante el año, no la inscrita en el padrón. Por ejemplo: este año de 2018 hemos contado 35 personas viviendo todo el año y en el padrón hay inscritas más de cien.
[5] .- Fuente: Culturas Ganaderas de Castilla y León. Instituto de Investigaciones Antropológicas 1.999. Ángel B. Espina Barrio (Dir.).
[6] .- Por auto de 5/03/1.744 el Marqués de Las Navas autoriza a Navacepedilla a tener casa señalada (Ayuntamiento), cárcel, cepo y corral de concejo

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