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GARGANTA DE LOS HORNOS - LA ALDEA.

La intención de esta página es recuperar la historia de la Aldea: como eran sus gentes, sus costumbres, como se divertían, a qué se dedicaban y como vivían en épocas pasadas. Para conseguirlo se me ha ocurrido hablar con los nacidos en la Aldea, aunque ya no vivan allí y con las únicas dos familias  que sí residen para que nos cuenten algo de sus antepasados. También he invitado a participar a los que, no siendo allí nacidos, han adquirido vivienda para disfrutar de la paz y el ambiente de este idílico pueblo.


   No olvidéis mandarme con vuestros comentarios las fotos familiares u otras que consideréis interesantes 
a: felipevergas@hotmail.es.

La Historia la vais a contar vosotros, yo solamente la escribiré.



LOS ORÍGENES

Los orígenes de Garganta de los Hornos son los mismos que los de Navacepedilla expuestos en el primer tema del Blog.

  Podemos afirmar que a partir del año 918, cuando el Conde Fernán González conquista Piedrahíta, los musulmanes huyeron a la desbandada y se refugiaron en el alto Corneja.
    "A finales del siglo XI, momento en que se crean Anguas, Ezquierdos y Echavida, éstas eran la avanzadilla del valle Amblés hacía el Corneja.. y el valle del Corneja sirvió de protección, en algunos momentos, a las tropas de la morería al ser perseguidas por las tropas concejiles abulenses". Pág. 202 Una Aproximación Histórica a dos Comunidades Abulenses. Barranco Moreno. 
     "Tenemos indicios que a partir del siglo XII, el pueblo cristiano empezó a sustituir a los kuras (rebaños) musulmanes que herbajeaban en las sierras de Avila y sus estribaciones, acercándose, con sus hatos de ganado, hasta las zonas de pastura abandonadas por la morería". Pag. 200 Barranco Moreno.
   También D. Claudio Sánchez Albornoz se manifiesta en este mismo sentido (Ver pág.1 de este Blog).
   Es decir, Garganta de los Hornos como Navacepedilla, ya en el siglo XI  pudo ser habitada primero por los Musulmanes huyendo de los cristianos y en el XII por los cristianos una vez consolidada la reconquista. No se trataría de poblamiento estable pero sí de agrupaciones de cierta estructura pastoril.


El Chorrillo, en el Aguilón. Cita obligada de todos los vecinos.
    Noticias escritas de La Aldea las encontramos en el siglo XV en las Constituciones de la Cofradía del Señor San Martín de Serrota, que al regresar de la fiesta que celebraban todos los años en la ermita, en el cerro del Santo, se reunían  en Cabildo y ajustaban cuentas en los nogales de Garganta de los Hornos.
   En el libro de bautismos de la Parroquia de Villafranca, a la que pertenecía Navacepedilla y La Aldea, el primer inscrito es Domingo, de Garganta de los Hornos, nacido el 7 de enero de 1.522. 

El ayer y el hoy: 

  Los que somos un poco más mayores, recordamos, al entrar por los "poyetes", un grupo de personas mas o menos numerosas. Continuábamos, y en el corral del fondo nos encontrábamos cuatro o cinco puertas de casas seguidas, pequeñas pero habitadas por familias, muchas veces numerosas. Así era la Aldea, casas pequeñas con muchas gentes, y casas grandes, pero las menos, también con numerosa familia.

Las casas en "Los Poyetes", en otro tiempo habitadas por
familias numerosas. Se fueron en busca de mejores  
condiciones de vida.
   Las gentes sembraban las huertas y cosechaban patatas, judías de "bildorao", pipos negros y recogían mucha fruta. Llegado San Juan empezaba la siega de los prados y, con ayuda de toda la familia se recogía el heno. En el mes de julio se segaba el centeno y se trillaba en la era. 
    En los primeros días de Octubre, los pastores y vaqueros acompañando a los ganados se marchaban a Extremadura. En la mayoría de los casos, el viaje duraba más de veinte días. Eran jornadas agotadoras, con lluvia y nieve,  con los arroyos y los ríos crecidos que les impedían el paso. Por fin llegaban a la dehesa y allí permanecían aproximadamente seis meses sin sus familias.
   Por todas partes aparecían animales: cabras, burros, cerdos, gallinas y existían grandes rebaños de ovejas merinas, en algunos casos trashumantes. Muchos habitantes de la Aldea eran pastores o vaqueros que guardaban sus propios ganados o el de otros.
La ermita de San Juan, imagen de siempre. Al fondo
 la Casa del abuelo Marcelino.

El amanecer de cada día se convertía en un "soniquete" de "campanillos", "cencerros", "esquilas" y ladridos de mastines o "careas" y se comentaba las últimas hazañas de los lobos.
   La fiesta de San Juan, era el acontecimiento más esperado del año, se celebraba misa con procesión y al terminar se subastaba el cordero o corderos, según los casos, que regalaban los ganaderos al Santo en agradecimiento a la buena crianza de las ovejas y por haber regresado "con bien" de Extremadura.
Manolo y Santos preparando el arco de San Juan en 2013
  Entre las veinte o treinta familias que habitaban en la Aldea había algún personaje que llamaba la atención. Joseín, el eterno pastor de la tía Juana, fue el más popular, que inmortalizó Conchita Salinero, la pintora, en un hermoso cuadro (ver en este blog: Pintores en Navacepedilla) . Paulino "El Largo", hijo de Catalina, de enorme estatura; tenía una gran habilidad para pescar truchas "a mano", ¡tenía un brazo tan largo...!. Otra persona muy conocida era David, el de los cuadros.

Por los años 40 aparece en la Aldea una señorita muy joven, guapísima, que destacaba en el ambiente rural aldeano, Conchita Salinero, "La Pintora". Era una persona encantadora, gran comunicadora y muy simpática con todos. La mayoría de las gentes de la Aldea posaron para ella. Una noticia de su vida que no he contado en la Historia de Navacepedilla, ni en este blog, es que una hermana suya estaba casada con Victorio de Sica. Este detalle explica por qué Victorio de Sica se convirtió en el organizador  y valedor de la exposición que la artista realizó en Roma en 1.960. El éxito de esta exposición, según me confesó Conchita, se debió, sobre todo, a una colección de "dibujos magníficos" (según la prensa) que erán personajes de La Aldea y de Navacepedilla.(Ver en este blog: Pintores en Navacepedilla).



 Dos de los bocetos de Joseín utilizados por Conchita.
      
    












Había un horno de amasar pan en la calle del Venero. Los propietarios eran: Sotera, Víctor y Teófila. También existió una tienda-bar, en el barrio de "El Medio" que regentó Generosa Sánchez. 
     
Existió una escuela unitaria de niños y niñas situada al final de la
Imagen de la Escuela. Aún conserva viejos pupitres
y el mástil de la antena de TV. Fot. F. Vergas 30/06.2014
calle de El Venero. A ella asistieron todos los niños y niñas de la Aldea desde los seis hasta los catorce años. En los primeros años estuvo regentada por una profesora, doña Rosalina y a partir de los años cuarenta por D. Cecilio. Es el maestro de la Aldea. Fue un profesor muy apreciado por su competencia. Todos sus alumnos, que fueron muchos, manejaban muy bien "las cuatro reglas", como se decía entonces, y con una caligrafía exquisita.

Ahora es otro tiempo, solo quedan dos familias que habitan en la Aldea, Fermín y Rosa con sus hijos. Con ellos conviven durante bastantes épocas del año gentes allí nacidas que han arreglado sus casas como segunda residencia, otras no nacidas allí, las más numerosas, que han comprado viviendas antiguas y las han rehabilitado y finalmente, algunas que han construido viviendas modernas. Todos se han instalado aquí para disfrutar de una naturaleza incomparable y de la paz de este hermoso lugar.




RECUPERANDO LA MEMORIA

 Los que la habitaron: 

En los poyetes: 
Víctor, Rafa, Benita, Juana y Claudia en los
Poyetes. Cedida por  Aurora López
Frente al Castaño vivían Agapito Almohalla- María Muñoz (hija de tío Plácido). Tuvieron tres hijos: Juanito, Ascensión y Juana. Tanto el padre como el hijo fueron pastores con Francisco Ramírez.

Regina: soltera, se casó y se marchó de la Aldea.

En el próximo corral:
Vivían Severino Hernández y Francisca.
Severino trabajó de vaquero con Francisco Hernández-Julia Blázquez.
.
Vivienda de Andrés y Teófila en el estado actual.
Ventura Ballesteros-Gaspara. Agricultor y Alguacil.Tuvieron dos hijos: Timoteo y Ventura.

Andrés Estrella-Teófila.

Plácido Muñoz-Francisca "Quica". Su nieta Juana está casada con Julio Rey.


Familia: Eusebio Hernández-Delfina Montenegro.
Fotos y relato aportados por Manuel Hernández y Antonia Román:


Abuela Clara, sus hijas Delfina y Leocadia
Eusebio, Delfina y .... en Córdoba.



Mi abuela Clara que fue la única que yo conocí, siempre vivió con nosotros. El único abuelo que yo conocí cuando yo tenía tres años, y no recuerdo nada de él, fue el abuelo Tomás.

Mi abuela Clara, viuda de mi abuelo Manuel, se casó en segundas nupcias con mi abuelo Tomás, viudo también de mi abuela Marta. Mi abuela Clara tenía tres hijos: Mi madre Delfina, Emilio y Leocadia.

   Mi abuelo Tomás tuvo sólo un hijo,  mi padre Eusebio y de ahí la relación de mi padre y mi madre que terminó en boda. Fuimos seis hermanos.
 Entre 1948-49 nos vinimos todos para Córdoba. Eramos conocidos por la familia de "Los Poleas".





Familia: "Abuelo Marcelino" y Gabriela.


Marcelino Ballesteros y Gabriela. Foto cedida
por su nieta Natividad.
La casa construida por el abuelo Marcelino
















Parte de la roca, junto a su casa, de donde extrajo la
piedra para construir la casa.












Familia Sebastián y Luisa - "Los Molineros"
  
Sebastián y Luisa con sus hijos: José, Obdulia y
María Luisa.  Foto aportada por Patricia Rueda.



El molino de la tía Luisa. Fot. Enrique Sánchez
El molino de mis abuelos estaba enclavado en el río Corneja, en el término de Garganta de los Hornos, comúnmente conocido como La Aldea. Sus propietarios eran Sebastián Rueda y Luisa Sánchez, que vivían en este molino. Mi abuelo molía el grano de todos los pueblos de la sierra, que unido a su ganado y a los huertos que cultivaban les daba para vivir. Tuvieron tres hijos, Obdulia, José y María Luisa. José continuó como su padre siendo molinero, y cuando se casó con Juana instalaron su hogar en el molino, ya que éste disponía de dos viviendas. Allí nacieron sus hijos mayores pero más tarde se trasladaron a vivir a Navacapedilla de Corneja donde construyó otro molino más grande muy cerca del de sus padres. Actualmente este molino continua en pie y hace pocos años fue adquirido por un matrimonio foráneo que conservan y disfrutan de muchas piezas y herramientas del molino.
                                                                Angelita Rueda. 8/10/2013
Molino de José, hijo de Sebastián y Luisa.




El molino que construyó José al lado del de sus padres. Se encuentra en la actualidad muy bien conservado, utilizado como segunda residencia por la familia que le compró.





Familia Carlos Hernández-Eladia Montenegro.

Como la mayoría, son familias numerosas, tienen cinco hijos: Marcelino, Braulio, Milagros, María y Eufemio.
Carlos  Hernández. Fot: cedida por su
hija Maruja

María y Eufemio en el Colegio. Calle del Venero, junto
a su casa. Foto cedida por su hija Maruja.














Vivían en la calle Venero, cerca de la Escuela. Como la mayoría de los habitantes de la Aldea, su principal trabajo fue de pastor, aunque también cultivaba las propias fincas sembradas de patatas y judías.

    Todos los que cazábamos por aquellos entonces conocíamos la gata de tía Eladia, nos la encontrábamos por  las proximidades de la fuente El Venero cazando conejos que llevaba a casa. (Ver en Galería de fotos las aportadas por Victorino Rey y María Hernández).



Familia Lorenzo Sánchez- Inés Jiménez.
Relatado por su hijo: Fermín Sánchez de 74 años, Agosto 2013.

    Fermín no ha salido del entorno rural más que para cumplir el servicio militar pero tiene un lenguaje fluido, es buen conversador y aplica el lenguaje con palabras adecuadas y razonadas dando sentido a lo que quiere decir. He respetado su interesante lenguaje.

    Fuimos seis hermanos; Garfi(la que está en Avila), Petra, Martina (la que está en Madrid), Juan(que era quinto tuyo), María y Fermín.
    Mi padre se dedicaba a guardar ganado para alimentar la familia, hasta que se jubiló. ¿A dónde se jubiló?, pues en Cirvunaloco. Con Francisco Ramírez, al llegar a los sesenta y cinco años.


Fermín, autor del relato. Agosto 2013
    Yo era el hijo más pequeño y andaba con él, estaba allí con los carneros. Con las vacas estaba el hijo de Balbino que cuando llegaba la tarde se iba a dormir a San Martín de la Vega. También estaba Domingo. Ellos se marchaban todas las tardes, dejaban las vacas concentradas en el "rodeo", cogían los caballos y se iban. Nosotros nos quedábamos en la casa, seguramente que ya estará "derrumba".
    Mi padre en el invierno se iba a Extremadura a Zorita, Cáceres o Bustalpelo que erán las dehesas de Ramírez, con él iba Satur, el padre de Andrés y Juanito (el de tio Agapito).
    Yo también estuve varios años en la Tocona. Allí tenía Ramirez un rebaño de ovejas "Carakul" que eran "churras", parecían cabras. Cuando el compañero se tenía que ir a por "comistela" yo me hacía cargo de todo. Teníamos una fuente en la cañada del Valle donde íbamos a por agua desde el chozo para hacer la comida. Todo eso lo he recorrido yo, "me lo sé todo". ¡hay que ver el ganado que llevo guardado!, ¡la vida que he llevado!.


Fermín . Siempre guardando ganado, propio o ajeno- como
él dice-.Ya sólo tiene estas cuatro cabras.
    Cuando mi padre estaba con las ovejas de tía Juana en "Las Juntas", dónde las Ramonas, tenían unos perros que no valían "pa na" y él se quedaba todas las noches con las ovejas...., y una noche fueron los lobos. ¿Y qué pasó?. Un perro se le "aculó" al lado del chozo y los otros se vinieron al pueblo. Se enganchó un lobo con una oveja y mi padre se tiró a él. Como mi padre llevaba tantos años guardando ovejas, que si con este, que si con aquel, pues no le dio miedo de nada... El lobo enganchado al pescuezo de la oveja y mi padre a las patas y no se la dejó quitar. (El autor del Blog fue testigo, en los años cuarenta, de este relato, contado por el padre de Fermín al Presidente de la Sociedad Española de Caza con motivo de la una famosa batida de lobos, a raiz de la aparición en la prensa de un artículo sobre el ataque de estos animales a los perros en Navacepedilla).  

Foto: Alberto López
1.-"Hoyorrondillo. 2.- Prados de los Regajuelos. 3.- "Cuestacana" y más arriba "Cerro Pelao". 4.-"Majalpino", con una fuente abundante donde los cofrades hacían la primera parada para comer antes de subir a Serrota. 5.- "Los Hornillos". 6.- "Prados Someros". 6B "Navasomera". 7.- Arroyo del "Horcajuelo". 8.- Arroyo de "Fuente Sauco", que siguiendo, en lo alto, numero 9, está la "Fuente de la Utrera" con un agua "congelona" que termina en el "Prado de los Regajos". 10.- Arroyo del "Cerro del Espino", que termina en el Prado "Los Regajos" y se une al de Hoyorrondillo".


Sigue Fermín: "... y me lo se todo".  Otros lugares que cita: en ladera izquierda del río, subiendo desde  el Puente la Aldea: " La "Jiyuela", la "Laera", "Los Regajuelos" frente al cerro San Juan, "El Prado Caño" que es pequeño y redondo, huerto del "Venero",  el "Canto Gordo" que se llama "El Berrueco", La "Fuentecita de Abajo" y la "Fuentecita de Arriba" y en la Laera "Las Cancheras", "Las Jacillas" -bajando hacía el rio-, "Los Trigales" y "Las Cerrás",  "Las Ramonas", y a continuación Las Latillas. Desde el arroyo de Hoyorrondillo "Cuestacana", hasta el arroyo del Chozo Blanco. Allí tenemos tres ríos: "Belesar", "Chozo Blanco" (río Corneja) y el de la "Tocona".

Desde Majalpino. Foto: Alberto López
Siguiendo desde el Puente de la Aldea por la margen derecha del río, tenemos: "Huertos de San Juan", "La Carrera", "Cerrás", "El Prado Maillo", "El Prado Lanchar", "Prado Gambolo", el de "Los Nabos", el "Cocorral" -que está lleno de rebollos-, Las "cercas de Navasomera", cerca de "Los Prados" -con álamos-, Cerca "Los Pinos", prados de Navahondilla" hasta "Las Eras de Navasomera" -allí se trillaba-, cerca de "Los Pinos".

Subiendo a Majalpino nos encontramos con la barrera de "Las Chorreras", "La Roblailla" hasta "Majallana" con el rodeo, "Las Quebraillas", "Cerro Pelao" y  la garganta "El Valle" -donde yo tenía las vacas el día de la tormenta, no me paso nada pero lo pase muy mal....-, la "Garganta del Valle",  El Laerón" en el arroyo de la Gargantillas, "La Gargantilla Fría", el rodeo de "Majallana", con una buena fuente. Saltamos al "Cerro de Navasomera", el prado "Los regajos", del "Espino" y el de las "Suertes", "La Vaquirizuela", el "Prado Grande" y el arroyo de Valdemenga donde al final  hay una fuente que se llama "El Boquerón". Mas al norte el "Helecharón", "Los Arroyuelos" y los rozos de "Navalconcejo" cerca de La Tocona. Un poco más abajo está "Cerro Pinar" y  "Los Cervunales", "Regajo Luengo", la roza "El Herrero" y "Majadilla Vaquera" y más arriba " La Peña El Cuervo" próxima a la barrera del Candilillo que ya es de Villatoro. La "Era la Hormilla", también pegando a lo de Villatoro hasta la fuente "El Ortigal", donde nace el Adaja.

Un escenario parecido al que vivió Fermín en Cirbunaloco o La Tocona.
Foto: Alberto López.
Ya, acercándonos a la Aldea, está el prado de "Las Gargantillas", "Los Riscazos", "Los Llanos", la fuente del "Venero" "Prahoyo" y "Los llanos". Y ME LO SE TODO, agrega Fermín.

   No paraba ningún día en casa, recogiendo heno, patatas, guardando vacas, ovejas..... Mi madre me trataba muy bien.

    Yo nunca fumé ,¡estoy más sano!..., todos los males vienen del tabaco, se agarra al hígado. Yo le dije a Yuste, para quien trabajé, que no fumara y ¿qué pasó?, pues que se nos fue. 



Familia Mateo Domínguez-Angelita Jiménez.
Fotografías y relato: Rubén Domínguez.

    El abuelo Mateo nace en 1868 y fallece en 1.944 cuando yo tenía cinco años.
El Abuelo Mateo: Foto cedida por
Rubén Domínguez.
   La mayor parte de su vida la pasó guardando las vacas de D. Francisco Ramírez de Villafranca de la Sierra. Sus lugares de Trabajo eran, en el verano, las dehesas de "Miraloco", "La Tocona" y " , Cirvunaloco". En el invierno en las dehesas de extremadura, próximas a Mérida, -ver en este blog el tema "La trashumancia"-. Naturalmente, cuando podía o cuando se lo permitían, sembraba y recogía los productos que sembraba para su consumo.
    Era un ganadero competentísimo, premiado por su ejemplaridad por la Sociedad de Ganaderos de España. El cargo que desempeñaba era de "Mayoral", lo que suponía que, en ausencia del amo, podía hacer y deshacer según su criterio en relación  con el abastecimiento del resto del personal, pastores o vaqueros que habitaban en el cortijo, con la alimentación del ganado y daba solución a cualquier contingencia que se pudiera presentar. Disponía de poder, otorgado por el amo, para vender ganado en las ferias, llevarlo al matadero..... Naturalmente previo conocimiento de Sr. Ramírez. 


Diploma de ganadero ejemplar concedido por la  Asociación
de Ganaderos de España. Documento cedido por Rubén
Domínguez
    Personas mayores del pueblo cuentan que en cierta ocasión, en la feria de Guareña, el tío Mateo vendió los novillos, previamente acordado con el amo, y llegó el amo que venía de Villafranca y le dice: Mateo, ya he vendido los novillos. No señor, le responde, ya los he vendido yo. Naturalmente el amo no tuvo más remedio que aceptar el trato del tío Mateo, entre otras cosas porque los había vendido por mejor precio.
    Alguna vez por desavenencias con el amo éste le despidió, no pasó mucho tiempo para que el amo le volviera a buscar porque no encontraba mejor administrador.
    Otro episodio que relatan en Navacepedilla es que llevó las vacas que tenían que sacrificar al matadero en Madrid. Cuando salía, ya con los billetes entre la faja, llegó un "descuidero", y... ¡Hola tío Mateo!, pues... no te conozco. Sí hombre sí, no se acuerda que yo ... ¡Ah!,... pues ya te voy conociendo. ¡¡Garrotazo!!.

    Su hijo Martín Dominguez casa con Claudia López, de cuyo Matrimonio nacen: Marcelino, Florentino, Ruben y Angelita.
Claudia Lopez con uno de sus nietos


Martín Dominguez



Estas dos imágenes las separan más de cincuenta años. 







    Martín Domínguez, ganadero y agricultor en la Aldea, se dedica a cultivar sus huertas. Siembra patatas, judías,centeno cuida sus propios prados, recoge el heno y trilla el centeno.

    Posee ganadería propia, unas cincuenta vacas, unos años más, otros menos, y quinientas ovejas que pastan en los terrenos de propios del Ayuntamiento o en la dehesa de Serrota en el verano. En el invierno practicó la trashumancia a Extremadura, a las dehesas "El huevo", "Valle de Los Santos", "El Cortito" en las proximidades de Mérida.
Ovejas de Florentino en la dehesa, en Mérida.

  Sus hijos Marcelino y Florentino se instalaron como ganaderos en Extremadura, en las proximidades de Mérida; Rubén y Angelita viven en Navacepedilla también dedicados a actividades ganaderas.
   
   Por haber permanecido  Rubén muchos años en Serrota guardando sus ovejas, me ayudó, en compañía de nuestro amigo Fidel, a buscar la ermita de San Martín. La encontramos a 2.200 metros de altura, en el Cerro del Santo, la mañana de San Lorenzo de 1.999. (Ver la página de este Blog: San Martín de Serrota).


Así la ven los que no nacieron en ella:

     Mi mujer y yo tuvimos la gran suerte de conocer este paraje en el verano de 1.990 gracias a nuestra querida amiga Pilar Vergas. Desde el primer momento quedamos fascinados, no solo por la luminosidad de su paisaje, sino también por la profunda quietud interior llena de amor, serenidad y bienestar. Así que decidimos comprar una parcela y hacernos una casa para los fines de semana y para el verano.
La Aldea desde la LADERA. Foto: F. Vergas
La atracción que ha ejercido Garganta de los Hornos en nuestras vidas ha ido creciendo a lo largo de los años, hasta tal punto que ahora, que estamos jubilados, pasamos aquí dos semanas alternas durante el mes.
   ¿Por qué nuestra actitud ante la vida es aquí tan positiva y serena? ¿ Por qué aquí, cuando mi mujer y yo nos miramos nuestros rostros se iluminan con una sonrisa? ¿Por qué no sentimos ningún cansancio cuando caminamos con nuestras dos perritas durante hora y media? ¿Por qué al caer la tarde nuestras almas se llenan de una dulce paz mezclada con satisfacción y alegría?.
   Las respuestas son tan evidentes, que se convierten en algo muy sencillo de decir: estamos rodeados de belleza por todas partes. Inclusive por la noche la claridad del cielo tiene tanto esplendor, que al mirar hacia arriba quedas conectado con toda la Creación. Los puntos luminosos penetran en tu corazón; invaden todo tu ser y tu Espíritu se despierta asombrado ante la magnitud de la armonía y el esplendor de nuestro Universo, el gran regalo de nuestro generoso Creador.
                                            Pepa y Santos.04/09/2013.



El Puente sobre el río Corneja, camino de la Aldea. Fot: F. Vergas
Al entrar, viniendo de Navacepedilla de Corneja, nos encontramos con lo que verdaderamente es una Ermita, o sea un lugar espiritual.      Con sólo contemplarla obtienes una quietud interior tan intensa, que inmediatamente te viene a la mente  el pensamiento de que tú eres un Espíritu y que tu cuerpo es sólo el vehículo que sirve para transportarlo. Allí dentro han quedado las tibias huellas de las personas llenas de fe que, durante tantos y tantos años, asistieron a las ceremonias religiosas. Allí, cuando cierras los ojos, sientes el inmenso amor que depositaron los hombres, las mujeres y los niños que entraron a comunicarse con  la Fuente de Energía Suprema con humildad y gratitud.
Actualmente hay unos amplios adoquines por delante y a un costado de la ermita. Al sentarte allí no tienes más remedio que reflexionar acerca del sentido que tiene tu vida, y terminas diciendo mentalmente una oración de agradecimiento por haber podido disfrutar de aquella contemplación gozosa.
En Las Latillas. Charco de las Avellanas.
El lugar más idílico del Río Corneja.

 Por donde quiera que caminas encuentras una vegetación juvenil con un colorido intenso, profundo, variado y repleto de luz. No hallas que admirar más: si los caminos flanqueados de robles armoniosos y amorosos; los colores amarillos-oro y azul-cielo de las plantas floridas; las casas centenarias medio muertas; la armonía sugerente del valle del Corneja; las montañas que se acercan y se alejan de tu vista como si estuvieran celebrando una fiesta movidas por una sinfonía llena de sonidos milenarios.

   Mi mujer y yo sabemos que, cuanto estamos en Garganta de los Hornos, nuestro amor aumenta aún más. Y que, al estar acompañados por un entorno lleno de Energía Espiritual, nuestra relación se fortalece. Vale la pena regresar a la Madre Naturaleza.
                                                Santos y Pepa. 04/09/2013


Familia: Lorenzo Sánchez Jiménez- Bernardina Blaquez Martín.

Hijos: Juan, Gabriel, Francisco y JUANA ( autora del relato) y de su anterior marido Pilar y Julia Hernández Blázquez.

    Vivían en la calle del Venero, a la entrada del Aguilón y dependían de la explotación de su propia ganadería y de lo que recolectaban sembrando las fincas.

    Sus fincas estaban situadas en Regajo Lengo, Las Jacillas, Fontanar, los Arroyos, El prado Juan Antonio y Las Cerrás. Tenían unas ciento veinte ovejas, unas cincuenta negras que eran de mi madre, de su anterior marido y el resto blancas de mi padre. Las cabras también eran de mi madre y además, vacas, burros y gallinas.
Juana Sánchez Blázquez con 94 años de edad. Autora del
presente relato el 18/04/2014.
    He trabajado muchísimo. He guardado  ovejas, he ido a por leña, me he levantado a las tres de la mañana para acarrear centeno, a recoger el heno, a regar los huertos, a trillar…. Esa era nuestra vida.

     En las cerras, la mitad la sembrábamos de trigo y la otra mitad de centeno. Había una parte de arriba en la que sembrábamos patatas y fréjoles, se regaba con la regadera de los trigales. Los prados los segaban  la cuadrilla de los “Los Vicentes”. Mis hermanos no sabían segar a guadaña. El trigo y el centeno si que lo segaban ellos.

    Trillábamos en la era. Cuando vivía mi padre lo hacíamos con la yunta de vacas, después con burros, como casi todos los vecinos de la Aldea. Algunas familias más pudientes tenían su propia era y trillaban con yeguas.

     No había panadero como ahora. Solíamos masar  media fanega de harina cada ocho o diez días. Antes de masar se buscaba la levadura, nos la cedía alguna vecina que había masado algún día anterior; era una costumbre generalizada, cada vez que masábamos dejábamos  un poco de masa para dejárselo al que lo necesitara, si no te lo pedían se hacía “fritillas”, - una especie de pestiño actual-.  Había dos hornos, uno particular, para ellos y algún familiar, era el de tío Máximo y Clotilde; y luego estaba el horno de tío “Felizón” -al que íbamos todos- que era el padre de Demetrio y Víctor, situado en la calle El Venero antes de llegar a la escuela.
Imagen de San Juan. Puerta de la  ermita
    Celebrábamos las Fiestas de San Juan, había misa con procesión por las calles del pueblo. Casi siempre, al terminar la
 misa, se subastaban uno o más corderos que regalaban los ganaderos al Santo en agradecimiento por regresar con bien de la Extremadura y por los  buenos resultados con el ganado. Había tres días de baile. Los músicos solían ser “Los Charpas”. Nada más terminar la misa se “ponía” baile hasta la hora de comer, siempre a la sombra del Castaño en “Los Poyetes”.  Por la tarde volvía el baile hasta la media noche. Después seguía la ronda a las mozas. Al baile de la tarde subían los de Navacepeda, -que solían merendar en el cerro de San Juan-, y algunos de los pueblos próximos. Era, junto con la Misa y Procesión, el momento más importante de la fiesta. A los músicos los invitábamos en las casas a comer. Cada familia se llevaba uno y así resolvíamos su estancia.


Procesión pasando por el arco de San Juan. Año 2005
       El día de reyes, los mayores pedían el aguinaldo y hacían baile en casa de tío Regino que era juez, que vivía arriba enfrente de la casa de tío Esteban. Y no había más, los domingos nos bajábamos a Navacepeda a dar una vuelta.
      No te he contado que había muchos lobos, que casi todas las noches daban “la lata” a las ovejas en la red. Un día mi hermano Juan que venía de viaje se bajó del coche de línea en la Venta el Alto y un poco antes de las tres cruces había en una piedra dos lobos, los dio voces y seguían allí, se le ocurrió prender fuego a una escoba grande y no los volvió a ver más.

La artesa. Un recipiente muy usado para todo, aderezar la
"matanza",  masar el pan,  adobar...... Foto: José María Durán.
     En el verano íbamos a lavar la ropa y los cacharros de la comida al río. No teníamos ningún problema. En el invierno íbamos a las fuentes de agua más caliente que la del río. Lo hacíamos en la poza de la fuente El Venero, en la que había frente al molino de tío Sebastián y en una tercera situada en las “jacillas”. En pleno invierno, cuando matábamos los cerdos, "la matanza", íbamos al río a lavar las tripas para con ellas hacer los chorizos.



Familia: Santiago Hernández Hernández-Eulalia Jiménez García. 

Santiago era hijo de Eusebio Hernández y Manuela Hernández.
Eulalia era hija de: Marcos Jiménez y Concepción García.
     
Santiago Hernández. Fot: Juan Hernández
Eulalia Jiménez. Fot. Juan Hernández
Vivían en la calle Bajera, en la entrada de la calleja del Río. Posteriormente se trasladan a vivir a la Calle del Venero. Como la mayoría de las familias viven de la agricultura, cultivando sus propias fincas y de la ganadería propia: 2 burros, unas cuantas cabras, cerdos y gallinas.
     Fallecen muy mayores con 91 y 104 años. Su único hijo Juan Hernández Jiménez vive en la actualidad en Navacepedilla.




Familia: Miguel López- Florentina Hernández. 
Hijos: Hermenegildo, Simón, Claudia y Marceliano. 
Aurelia, Angelita, Claudia, Hermenegildo, Aurora.
Fot: Cedida por Rubén Domínguez.

  


Boda de Simón López y Aurelia Zorita. Fot: Rubén
Domínguez.













Hermenegildo: Tiene tres hijas, Eusebia , Julia y Aurora.
Simón: Aurelio y José Antonio.
Claudia: Marcelino, Florentino, Rubén y Angelita.
Marceliano: Miguel, Maruchi y Luis.

      Siguen en la mayoría de los casos una tradición ganadera y se han instalado, muchos de ellos, en dehesas que han adquirido  en Extremadura, en los alrededores de Mérida. Eusebia se casó con Cesareo Rey, primer ganadero que paseo sus ovejas merinas por los caminos de la Mesta (ver la página de este blog: La Transhumancia). Cesaro fue candidato en las elecciones municipales al Ayuntamiento de Mérida con el partido de Adolfo Suárez, según me cuenta una vecina que formó parte de la candidatura.


Familia: Hermenegildo López-Gregoria Hernández.


Foto cedida por su hija Aurora
Hijos: Eusebia, Julia y Aurora.

Su casa estaba situada en la calle Bajera, inmediatamente antes de la casa de tío Eulogio.
Hermenegildo y Gregoria. Foto cedida por su hija Aurora



Viven de la ganadería y la agricultura. Como la mayoría de las familias explota un "atajo" de ovejas, con algunas cabras para el abastecimiento familiar de leche, las consabidas gallinas y los burros.


Foto cedida por Aurora López
En la foto inferior. De izquieda a derecha: Luis " El Pelechas", tio Pedro "El Pelechas", Luis "El Prim" y Hermenegildo con la escopeta "espindarga", dispuestos a participar en la famosa batida de lobos allá por los años cincuenta.
.
   Es curioso, el lobo, ahora animal protegido, entonces perseguido. Me cuenta Aurora que le obligaron a participar con su escopeta. Era obligatoria la asistencia, unos con sus escopetas y otros ejerciendo de "ojeadores". Unos días antes, desde la escuela de Navacepedilla dispararon a una loba en la plaza. Posteriormente fue abatida por Santiago Vergas en la Tocona con una pata seca, resultado del disparo recibido en la plaza.


"Los Serranos", Dos familias dedicadas casi exclusivamente a la ganadería:

Familia: Benigno Hernández-Juana Romero.
Hijos: Milagros, Juan Andrés, Marceliano, Justina, Benigno y Juanito.

Casa de Benigno y Juana en la calle El Venero

Es una de las familias acomodadas de la Aldea, dedicadas sobre todo a la ganadería con un rebaño de ovejas y otro de vacas. Trashumantes en el invierno a los campos de Extremadura y en verano a los agostaderos  de la Sierra de Gredos. Con esta familia estuvo siempre sirviendo Joseín el personaje que inmortalizó Conchita Salinero (ver Pintores en Navacepedilla).

Con Juanito, ciego prácticamente desde el nacimiento, compartí con otros amigos del pueblo muchos ratos en "la verja"(la terraza en su casa de Navacepedilla) jugando al ajedrez. Jugaba con su

Juanito, al fondo a la derecha, estudia la jugada en su
tablero. Fot: Enrique Sánchez
tablero, con agujeros en cada cuadro y con un pincho en cada ficha para encajarlas en los cuadros, para que pudiera tocarlas y no se cayeran. Para distinguir las blancas de las negras las tenía señaladas y los cuadros negros estaban, en su tablero, a diferente nivel. Cuando participábamos en campeonatos, el jugaba en su tablero y el contrincante en otro. Si jugábamos en el de Juan, tenía ventaja porque él estaba tocando sus fichas constantemente y distraía al contrario.
    Fue Maestro Nacional, yo le acompañé a examinarse de reválida. Trabajó en la ONCE en Valladolid, jugando un papel muy destado en la Organización.


Familia: Santiago Hernández-Julia Peña.
Hijos: Leopolda, Teresa, Encarna, Santiago, Esperanza y Julia. 

     Parecen familias paralelas. Los padres son hermanos. Como la anterior viven de la Ganadería. Ambas viven en la Aldea y después en Navacepedilla, en la misma casa. La familia de Benigno y Juana se establecen en Navacepedilla en la casa que dejan sus primos al trasladarse a vivir en Navarredonda de Gredos. Es, sobre todo, su hijo Santiago el que, ya en Navarredonda, sigue su tradición ganadera con sus ovejas y vacas transhumantes. Fue durante muchos años Alcalde de ese pueblo.
Dos entradas a dos corralones en ruinas, con tenada y casilla
que, en otros tiempos sirvieron para guardar el ganado.
   Estas dos majadas "Ranchos"  fueron propiedad de estas dos familias. En ellos guardaban el ganado cuando las condiciones metereológicas eran adversas o cuando señalaban el ganado lanar o vacuno con la marca de la Ganadería momentos antes de la marcha a Extremadura.
Tenían otras mas funciones, una era la paridera, en la tenada se dejaban las ovejas parideras y después los corderos mientras el rebaño pastaba. Y la otra función era el esquileo. Venían los esquiladores en cuadrillas, normalmente extremeños, esquilaban las ovejas, recogían el "bellón" con una destreza impresionante y cuando cortaban algún pellizco a la oveja gritaban: "morena" y el "morenero" las echaba un poco de ceniza que habían recogido de la fragua y con ello se curaban las heridas.


El "Portón" de entrada al Rancho, símbolo de otros tiempos.
   El esquileo era prácticamente una fiesta ganadera. Los esquiladores cobraban por oveja esquilada, por la cuenta que les tenía no perdían un momento, todo iba muy rápido. El ganadero les tenía que proporcionar las ovejas "legadas" (atadas las patas), prepararles la comida y sobre todo, que no faltara el vino en la bota.

    En cada Rancho solían tener los ganaderos un "molino de sangre" que eran unas pequeñas construcciones en piedra de granito. Consistían en una piedra que hacía de base, bastante voluminosa para que no se moviera, de una altura 40 a 60 centímetros en la que se hacia el vaciado circular de unos 15 cm. de fondo con un agujero que se comunicaba con el exterior. En el vaciado de esta piedra se encastraba otra, la piedra volandera, como de unos 10 cm. de espesor con una manibela para girarla sobre la primera, se va echando el grano: algarrobas, centeno, cebada y se muele a mano. El grano molino es expulsado por el orificio de la piedra bajera y recogido por el ganadero para pienso de sus ganados. Cuando los ganaderos querían moler cantidades más grandes las llevaban al molino hidráulico, en el caso de la Aldea al de Sebastián y Luisa, algo más tarde al de José.



Familia: Isidro Domínguez-Basilia Sánchez.
Hijos: Juan, Aniano y Marcelina.


Casa de Basilia en el Aguilón.

Su casa esta situada en el Aguilón, frente a la fuente de la Aldea "El Chorrillo".
Isidro y Basilia a la puerta de su casa.
 Foto cedida por Jesúsy José Francés.
   En principio estuvo de vaquero con Ricardo, el del Soto, después vivió de la explotación de ganadería propia, sobre todo vacas. Como todos los aldeanos cultivaba sus propias huertas, cebaban el cerdo, tenían los burros para cultivar las fincas y las consabidas gallinas.

     Su hijo Aniano, estuvo de cobrador en los autobuses de la linea Arenas de San Pedro-Madrid. Vivió en Madrid en el barrio de Surbatán.


Galería de imágenes:

Imágenes cedidas por Victorino Rey y María Hernández.



Excursión. Familia Rey-Hernández.

En Serrota. Familia Rey-Hernández.
Luisa Hernández trillando en la Era.

Día de campo. Familia Rey-Hernández.

Juan Carlos Rey, en Prahoyo

Entrada a la Aldea. A la izquierda, el castaño.

El regreso de la excursión

Familia Rey-Hernández, comiendo en el río.
En las Caseruelas

En las Caseruelas.

Victorino  Rey, trillando en la Era.

Otra vuelta a la parva.


Cedidas por Manolo y Antonia (Cordobeses).

Fiestas de San Juan 2005
Fiestas de San Juan 2005
Fiestas S. Juan 2013

Baile ante el Santo 2005



Procesión 2005

Fiestas 2013. En estos últimos años se celebra  en el entorno
de la ermita una comida "paella" que facilita la convivencia.


La procesión, año 2013.









 





Fotos Propias:


Casa de Basilia en el Aguilón.




La  "nasa" para conservar el pan.



Calle "Bajera".  Al fondo casa del
tio "Eulogio".




Desde la calle Bajera hacía el
Venero.

El casillo, y al fondo "La Laera".









La Aldea, nevada. Conchita Salinero.







Santos, Antonia, Pepa,.... Preparando la
fiesta de San Juan 2013

 


El Castaño. A su sombra se celebraban
los bailes deSan Juan.
San Juan.  En la puerta
 de la ermita.






























Casa moderna en El Aguilón.







                                     










4 comentarios:

  1. Hola!! Soy Diego Rey de Argentina (Dolavon - Chubut), mis Bisabuelos Jacinto Rey y Monica Rueda con su pequeño hijo Primo Rey, vinieron aproximadamente en el año 1912 a Argentina, vivieron en navacepedilla de corneja. Estoy armando el arbol genealogico de mi familia y necesitaría cualquier dato que me puedan aportar. Mi correo es kukyrey@hotmail.com y estaría muy feliz de recibir algún contacto. Gracias

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  2. tenemos la desgracia de nacer solo una vez si se naciera dos yo me quedaría eternamente en mi aldea y no me preocuparía mas que de vivir dejar vivir ser feliz y ayudar a ser felices a mis vecinos no estaría pendiente de otra cosa que no fuera ser feliz es el lugar idóneo para ello después de haber vivido una vida muy acelerada y muy contraria a la tranquilidad debido a las diferentes etapas de la vida

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  3. Hola me llamo Paula Hernández soy hija de Inocencio Hernández hijo de Feliz y Victoriana y mis tías Teofila y Sotera tenían el horno de la calle venero yo nací en una casa al lado del chorro ! hace unos años fui qué recuerdos espero poder volver no tengo fotos mi padre fue con las ovejas a la finca de las corajas de la familia Ramírez tenía en Zorita! Cáceres ! que añoranza de querida aldea! saludos desde Benicarló Castellón

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    1. Hola Paula, somos Rafi y María José Hernández, hijas de Miguel y nietas de Demetrio, hermano de tu padre, de Córdoba.
      El domingo 22 de agosto vamos a la Aldea y a Navacepedilla porque vamos a estar de vacaciones por Gredos. Nos hace mucha ilusión porque estuvimos en La Aldea de pequeñas con nuestros padres.
      Saludos y abrazos desde Córdoba.

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